La sede regional, en Francia, cuenta con un edificio sostenible que permite la integración de los colaboradores con el medio ambiente.

Un espectacular complejo corporativo color naranja sobresale en Francia.
En 2014, la empresa Orange decidió llevar a cabo un ambicioso proyecto arquitectónico, junto con los desarrolladores de Pitch Promotion y los estudios de arquitectura HGA-Hubert Godet Architectes y Hardel Le Bihan.
Para llevar a cabo la obra, se rehabilitó un edificio que fue construido en 1972 que albergaba la antigua central de telefonía de Lacassagne. La construcción abarcó los 26,000 metros cuadrados. Se ejecutó por un monto de aproximadamente 44 millones de euros.
Pero los expertos lograron unir el edificio existente con dos nuevos que se construyeron bajo una estética diferente. Se integraron espacios verdes y naranjas, para que los más de 2,000 colaboradores puedan trabajar en armonía con la naturaleza.

Terrazas innovadoras
El campus Orange cuenta con numerosas terrazas. Desde un inicio se proyectó que estos espacios funcionaran para que los trabajadores pudieran interactuar en sus ratos libres.
Estas amplias terrazas cuentan con grandes pasillos que permiten la libre circulación, la entrada de luz natural. Están rodeadas de jardines, lo que ayuda al sano esparcimiento de los colaboradores mientras retornan a sus labores del día.
Los diseños de estas terrazas no son nada comunes: los arquitectos se encargaron de diseñarlas en las últimas plantas de los edificios, pero con diferentes alturas y creando espacios asimétricos entre los pasillos y jardines. Esto les permiten apreciar las vistas panorámicas de la ciudad y disfrutar de los atardeceres

Una construcción sostenible
Los tres edificios están unidos por una amplia calle a la que llaman Ágora. Este paso atraviesa la planta baja de la infraestructura, mientras que en los pisos más altos hay dos puentes aéreos que permiten a los empleados movilizarse sin necesidad de bajar caminando hacia la calle.
La fachada del edificio está compuesta por paneles de aluminio que han sido pintados con tonos cobre. De esa manera simula al edificio que fue construido en 1972.
La estructura cuenta con amplios ventanales que permiten el ingreso y aprovechamiento de la luz y ventilación natural.
Los vidrios, de Soltis Feel 99 LowE, son capaces de reducir hasta un 40% de las necesidades de climatización y sobre todo, protege contra deslumbramientos y permite mantener la visibilidad.
Además, la estructura principal del edificio Orange es de hormigón armado y contribuye a su durabilidad. Este retiene el calor y lo devuelve a la estancia de una manera lenta.
Otra característica de esta obra sostenible es la recolección de agua lluvia, ya que es almacenada y se reutiliza en todos los jardines de este complejo corporativo.
Mientras que en su interior, los pavimentos son porcelánicos y hormigón.
Los colores de paredes y pisos se fusionan para dar un ambiente de relajación y concentración para todos los empleados: tonos blancos, amarillo, naranja, verde, azul, café, gris; entre otros.
Este peculiar edificio posee un estacionamiento para al menos 400 vehículos, tiene un restaurante para sus colaboradores y una sala de exposiciones que permiten momentos de descanso entre la jornada diaria.

¿Es posible una ciudad flotante?
Las Maldivas es un país situado en el Océano Índico, al sur de la India. Está constituido por aproximadamente 1,200 islas, de las cuales 203 están habitadas.